Gotas de rocío.
Los gusanos y caracoles salen de la tierra.
Tus pies se hunden en cada paso y en tus zapatos quedan los rastros de lodo y césped mojado.
Se siente una calma magnífica después de la lluvia, especialmente si esta fue tempestuosa. Son pocas las voces humanas y puedes distinguir, entonces, la hermosa voz de la naturaleza.
A veces siento que mis reflexiones suenan hippies.
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