Mirar al suelo tiene sus ventajas. Saber dónde pisar para no caerse, o para no pisar desechos, o para no ser atropellado, o para no irse por un hueco. Pero yo siempre he encontrado algo más lindo con respecto a mirar el piso y es encontrar cosas.
Mi abuela tenía el mismo pasatiempo y nos legó un vasito lleno de las cosas que encontraba y que yo constantemente complemento: botones, tornillos, tuercas, aretes, dijes, pulseras rotas, piedrecillas, monedas de poco valor, etc. También veo cosas que no apetecen conservar como las basuras, pero que intento recoger y poner en su sitio para que el piso se sienta y se vea un poco mejor.
Sin embargo, hay algunos tesoros que no conservo en ese vasito pero que siempre recuerdo con cariño y son varios caracoles pequeños que encuentro al salir de mi casa después de la lluvia. Esos caracoles que siempre recojo de los ladrillos y los llevo más cerca del césped.
Mirar al suelo tiene sus ventajas. Puedes encontrar tesoritos materiales o puedes ayudar a un amiguito a encontrar el camino a casa.
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